La ciudadanía pasiva o la Fogata 26 de "Escultismo para muchachos"

En las entradas anteriores venimos reflexionando sobre la invitación de ser "más Scout para ser mejores ciudadanos" y así hemos planteado algunas de las dificultades que pueden aparecer en la actividad de nuestros Grupos Scouts, obstáculos que, si no los resolvemos, nos pueden llevar a la consolidación de prácticas más inequitativas que nos alejan de la propuesta de B-P.
Ese "riesgo" está latente si no superamos pronto esos escollos que surgen, aunque promovamos en el discurso los derechos de los jóvenes.
Casi sin notarlo, ni quererlo, pueden "colarse" limitaciones al ejercicio de la ciudadanía activa y, transformarla en una "ciudadanía pasiva", la de meros espectadores de la vida, situación que Baden-Powell criticó fuertemente. 
Por otro lado, como ya hemos señalado, cuando hablamos de apatía de los jóvenes o de «ciudadanía latente», atrás están insuficientes incentivos para que encuentren motivos (y motivación) para participar.
Baden-Powell decía en sus "Notas para instructores" complementarias de su libro "Escultismo para Muchachos":
"Los muchachos están llenos de entusiasmo y espíritu, y solamente quieren que se les oriente en la dirección correcta para convertirse en ciudadanos buenos y útiles. Mucho de este espléndido material se pierde, ¡peor que éso!, se permite que se vuelva dañino por falta de educación, por falta de una mano que guíe a los chicos en la crisis de su vida, cuando están en la disyuntiva donde su futuro se bifurca al bien o al mal. Ellos se convertirán en los padres de más chicos, que se supone que deben adiestrar en la línea correcta de la buena ciudadanía, cuando en realidad ellos mismos no tienen la más somera idea de la palabra. Y no es culpa suya únicamente."
La educación en la participación y en ciudadanía activa debe ser prioritaria para el Consejo de Grupo como comunidad educativa que supervisa las prácticas pedagógicas de cada sección y, en consecuencia, debe estar presente desde la edad más temprana.
Nuestro objetivo debe ser la «ciudadanía construida» en alianza, alianza que se empieza a construir en la sociedad intergeneracional de jóvenes y adultos, que se expresa en los órganos de gobierno de cada rama.
El primer paso es el rol protagónico de los niños, niñas y jóvenes en la propuesta y selección de las actividades que realizarán y su involucramiento directo en la organización y evaluación de las mismas, siempre con el acompañamiento atento de los voluntarios adultos.
Cuando ese rol protagónico juvenil cede ante una participación de los educadores scouts que desplaza a los jóvenes, sin quererlo, aunque en el discurso propongamos otra cosa, vamos imponiendo la idea del "hermano mayor" (en el sentido de Orwell) que nos dice lo que nos conviene.
La ciudadanía activa es la principal herramienta con la que contamos y nace de aplicar el Método Scout como un sistema de auto educación progresiva basado sobre:
Una promesa y una ley (educación en valores)
Una educación por la acción (aprender haciendo y aprender jugando)
La participación activa en la vida de pequeños grupos (como por ejemplo: la patrulla o el equipo), con la ayuda de adultos que los acompañan y aconsejan atentamente y, que incluye el descubrimiento y aceptación de responsabilidades, la formación en la autogestión tendiente al desarrollo del carácter, el acceso a la especialización y competencia, a la confianza en sí mismo, al sentido de servicio y a la aptitud para cooperar y también para liderar.
Programas progresivos y atrayentes, compuestos por actividades diversas basadas en los centros de interés de los participantes, que incluyan juegos, técnicas útiles y asumir servicios a la comunidad; estas actividades se realizan principalmente al aire libre, en contacto con la naturaleza.
El aprendizaje a través del servicio y la participación en la comunidad.
No es menor lograr que todos los voluntarios logren comprender cómo los Scouts nos proponemos dejar el mundo mejor de cómo lo encontramos.
No es solamente plantando un árbol o juntando alimentos para los inundados.
La educación en buena ciudadanía que Baden-Powell propone es asumir un rol activo en la sociedad, en el barrio cercano al Grupo, para que todos contemos con los mismos derechos y saliendo a esa periferia para trabajar directamente, en el territorio, para lograr una sociedad más igual.
Es el poner manos a la obra para tomar parte en el juego como invita Baden-Powell en la Fogata 26 de su libro "Escultismo para Muchachos".
Ser ciudadano es mucho más que ser "vecino" o ser habitante de un país.
Ser ciudadano es asumir que uno tiene derechos inalienables reconocidos por la Constitución y las leyes y, en consecuencia, actuar responsable y activamente para que esos derechos le "lleguen" a todos por igual.
En ese ser "más Scout para ser mejores ciudadanos", no pretendemos reemplazar al Estado (quien debe intervenir en las tensiones entre los factores de poder y los ciudadanos tutelando derechos), sino que actuamos en nuestra comunidad cercana acercando a los más alejados a esos derechos y aportando nuestro pequeño "granito de arena" para transformar las estructuras injustas en otras más justas que incluyan a más personas.
Ese es el mensaje centenario que B-P nos dejó en "Escultismo para Muchachos" y sus posteriores libros, lamentablemente luego corrió mucha agua bajo el puente y parte de esa propuesta de ciudadanía activa fue girando hacia otros caminos.
Tal vez releer la mencionada Fogata 26 sea el primer paso para refrescar nuestra mirada.
Todavía hay mucho más para pensar desde nuestras prácticas educativas, pero la seguimos en próximas entradas del blog. 
Siempre listo, rodrigo 

Rodrigo González Cao

Link nota original, 16 de noviembre de 2008: http://scouts2012.blogspot.com.ar/2008/11/el-mtodo-scout-es-la-educacin-en.html 


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